La Cueva de Oro





Rosell Burrows era uno de esos anónimos espeleólogos locales que se conoce todas las cuevas de la región en donde vive.

En este caso la zona de olney en el estado norteamericano de Illinois, nada de lo que había encontrado hasta abril de 1982 merecía especialmente la pena, sin embargo la cueva con la que dio era diferente a todo lo que había visto y conocido hasta entonces.

La entrada a la cueva se hallaba en un lugar casi inaccesible, la maleza parecía protegerla y preservarla de la mirada de curiosos posiblemente llevaba mucho tiempo asi, finalmente pudo despejar la vía de entrada y metro a metro fue abriéndose paso cuando pronto se dio cuenta de que se encontraba en un auténtico laberinto subterráneo. 

Sorteó túneles y pasadizos contempló atónito como las galerías estaban repletas de extraños' símbolos y representaciones, al final del uno de aquellos túneles encontro un esqueleto de un hombre rodeado por hachas, lanzas y objetos metálicos parecía un enterramiento ritual y ya llevaba siglos allí,quizás milenios.

Durante cinco años exploró en secreto el interior de la gruta, extrajo de alli miles de piedras grabadas en las que aparecían muchas escenas, retratos humanos y mapas estelares que podrían pertenecer a una cultura antigua de la que hasta el momento no se sabía nada,también encontró toneladas de planchas de oro con extraños grabados en alto relieve.

Tenían un gran valor un gran valor informativo e histórico mucho más allá del puramente material.

Esas planchas representaban formas similares que parecían dinosaurios, reunió en torno a cuatro mil piezas, en la actualidad se desconoce el paradero de las misma y hay una turbia trama de contrabando.

Sin embargo antes de que desaparecieran en el seno de alguna coleccione privada hubo estudiosos que las pudieron investigar.




Uno de ellos fue james praseli de la Universidad de wisconsin, dedujo que se trataba de piezas funerarias muy antiguas aunque obró con cautela a la hora de datar las piezas, aseguró que eran precolombinas, sin embargo otros estudiosos votan en remontarse siglos atrás.

La razón es obvia,los animales que aparecen representados son dinosaurios, lo que quiere decir que los que hicieron las laminas sabían de su existencia,pero toda la información de los reyes del jurásico la conocimos en el siglo 20,las piezas en cambio,eran de mucho tiempo atrás. 

La fundación de estudios ptolemaico de florida lleva gastados más de 100.00 dolares en el estudio de la colección.

Con este hallazgo están convencidos de que al recuperarse parte de la colección, la historia conocida de américa podría dar un vuelco de 360 grados,porque además de los grabados,hay otros dibujos no menos sospechosos y sorprendente.

Algunos de ellos,muestran planos celestes que denotan que sus autores quizá de hace miles de años conocian muchos secretos del cielo que sólo la ciencia moderna ha conocido ,además entre las piezas aparecen representados rostros humanos que racialmente no tienen nada que ver con los antiguos americanos, muchos de ellos parecen egipcios pero estos no estuvieron en américa al menos según la cronología oficial. 

Sin embargo esa cronología perderá todo su sentido cuando esta colección aparezca definitivamente, las pistas apuntan a que algunos de esos tesoros extraídos de la llamada cueva del oro podrían aparecer en breve, y en ese momento saldremos de dudas.



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